El daño térmico es producido por temperatura producida por la incidencia de una fuente de calor como puede ser un láser o un sobrecalentamiento de la propia nave.
De provenir de un arma es especialmente fuerte contra escudos y algo más débil contra casco. También puede reducirse el daño provocado con blindajes adicionales, blindaje militar, blindaje reactivo o paquetes de refuerzo estructural, pero la mayor reducción se alcanza gracias a blindajes específicos como el blindaje espejado.
Las armas que hacen daño térmico son: